lunes, 11 de agosto de 2008

Cultura de Innovación Turística?


“Innovación es la creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado”.
La definición del Diccionario de la RAE ya nos deja claro que innovación es algo más que creatividad o la capacidad de generar ideas – algunas incluso buenas!.
Implica además y necesariamente que aquello a lo que se aplica genere un valor añadido que sea apreciado por el mercado. De esta forma, podríamos llegar a la siguiente definición: Innovación es la aplicación rentable de las ideas.

Algunos autores hablan además de 4 fases diferenciadas en la gestión de la innovación en este camino que va de la generación de ideas hasta la “cosecha” de los beneficios de la misma.
Estas son:
1) Creatividad – En sus acepciones de, inventar cosas nuevas; encontrar soluciones originales; o la voluntad de modificar o cambiar el mundo (¡!)
2) Estrategia – Fase de decisión y planificación de las alternativas que generarán un mayor retorno a nuestras ideas.
3) Implantación – Durante la cual comercializamos el resultado de la creatividad.
4) Rentabilización – Cuando se produce la respuesta positiva del mercado en forma de reconocimiento del valor de nuestra propuesta innovadora.

Desde esta perspectiva, y en la línea de mis posts anteriores, me pregunto qué tipo de cultura sectorial es necesaria para que este proceso sea una parte inherente de todas las dinámicas turísticas, y un elemento de competitividad y diferenciación asumido y amplificado por actores sectoriales y sociales.
En la viñeta de El Chopo en El Mundo del Domingo 10.08, un empresario español se encontraba denodado ante la siguiente pregunta que se hacía: “Por qué por mucho que pensemos siempre nos sale ladrillo?”. Aquí se refleja de forma brillante, uno de los males mayores que ha afectado al desarrollo de nuestro modelo turístico. Con honrosas y exitosas excepciones, el empresariado ha sido más especulativo que orientado al desarrollo sostenido de capacidades con un enfoque a la innovación. El mayor atractivo del negocio ha sido venido de la faceta de construcción, incentivada además por los modelos de financiación municipal. Adicionalmente, la comercialización mediante el modelo de touroperación no ha hecho necesario el desarrollo de capacidades o la innovación en las áreas de promoción, marketing y distribución, lo que ha dejado al sector en una situación de precariedad comercial ante la caída acelerada en los volúmenes de pasajeros y negocio de los grandes grupos de touroperación, que en su estrategia de traspasar sus problemas de márgenes a los precios de compra de los hoteleros, amenazan con arrastrar al sector a unos márgenes insuficientes y por ende insostenibles.

Con este trasfondo, está claro que no se dan los elementos para que surja una cultura de la innovación generalizada en el sector. Sin embargo, ese mismo panorama debiera llevarnos a pensar que sólo una apuesta clara por la innovación, nos daría todavía la posibilidad de mantener una posición de liderazgo a nivel mundial en nuestro sector, más allá de las capacidades depredadoras de construcción de hoteles y apartamentos para mayor gloria de los tour operadores en nuestro litoral.

Desde ese papel de conciencia sectorial que cada día más puede jugar la blogosfera, continuaremos haciendo llamadas y propuestas a la innovación en el sector porque la generación de esta cultura en nuestro sector es más que una sugerencia, una forma de responsabilidad social dado el impacto que tiene el turismo en nuestra economía, sociedad, territorio y medio ambiente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Alf,

Que te parece la comparación sobre el proceso de la cultura de la innovación turística, con el de la cultura de la calidad turística que nació hace años en el puerto de la Cruz y a raíz de esa experiencia nació el ICHE (Instituto de la Calidad Hotelera Española)

En temas que todavía son tán novedosos y carentes de una definición clara, el sector necesita de entidades dinamizadoras que hablen su mismo idioma y entiendan del negocio turistico para que ayuden al sector a dar los primeros pasos hacia la innovación. Estoy seguro que con los nuevos medios de comunicación y formación que tenemos en nuestras manos será más rápido. Un placer estar en tu blog y espero que pronto podamos encontrarnos y charlar un rato.

Un saludo

Jimmy Pons

Alfonso Castellano dijo...

Estimadísimo Jimmy,

Es cierto que pudieran haber algunos paralelismos entre la implantación de la cultura de la Calidad Turística y la relacionada con una cultura de la Innovación.

Sin embargo, no debemos engañarnos. La calidad turística se presenta como una cultura de una certificación de mínimos, y que en el momento que genera una cierta masa crítica, el resto del sector no tiene otra opción que subirse al carro o quedar en una situación de clara desventaja competitiva.

La adopción de una cultura de la innovación exige una visión y un liderazgo muy superiores. Y demanda además una capacidad de aglutinar no sólo al sector, sino a instituciones, políticos y sociedad.
Tendría probablemente como punto de partida, una revisión estratégica del sector y de la posición de España en el mismo para los próximos 50 años.
En un principio creía que el plan 2020 podría ser un buen arranque y marco para el desarrollo en esta dirección. Ahora soy un poco menos optimista.

Nos hablamos pronto!

Abrazos,
Alf