Tom Peters arrancaba así su libro “Re-Imagina!” en el año 2003.
“…Siento la necesidad de ponerme a escribir este libro porque estoy cabreado. Ocurre que todo tipo de innovación procede, no de estudios de mercado, o de grupos perfectamente formados, sino de personas cabreadas.”Personas cabreadas o frustradas o decepcionadas o convencidas de que su talento está siendo malgastado en proyectos, entornos o culturas de empresa absurdas o perversas.
Personas que se niegan a dejar caer las manos, o a resignarse, o a dejar que otros sigan tomando decisiones por ellos, o simplemente a echarle la culpa a los políticos.
Personas que pelean, que se apasionan, que superan la frustraciones, que se dan con generosidad como su mejor arma para luchar contra las miserias que nos impone la realidad y el día a día.
Personas que comparten. Reflexiones, visiones, ilusiones, ideas, frustraciones, preguntas, respuestas, sueños, enlaces, presentaciones, fotos, vídeos, posts.
Personas que no creen que se cambie nada en base a iniciativas… Estas son para aquellos que quieren nadar y guardar la ropa. La transformación viene como una avalancha de pasión que persigue incansable a una visión más o menos definida, y que en el mismo proceso la desarrolla y la evoluciona.
Personas que se arriesgan, que se crean a sí mismos como profesionales, se recrean, se reinventan constantemente y así influyen en la transformación de su entorno. En esa reinvención radica su poder y por eso no son permeables a la intoxicación.
Personas que se exponen transparentemente a sus compañeros, sus jefes, su entorno, sus amigos, sus familiares, seguros y convencidos de que su valor radica en su capacidad de crear y de innovar, y no en escalafones, jerarquías, cargos o presupuestos.
Personas que se crecen en la dificultad, para las que las crisis son la mejor oportunidad de que se muevan barreras, se destapen talentos, se abra el juego para los menos poderosos, se caigan las barreras de entrada, las barreras de cambio y se nos aplane el campo de juego a todos como plantea Friedmann.
Personas convencidas de la fuerza de la comunidad, del poder que nos da el sumar todos nuestros esfuerzos individuales, y sabernos apoyados, con una red de contactos, conocimientos, influencias, seguridad.
Yo también escribo esto porque estoy cabreado, pero al mismo tiempo, estoy convencido de que el tsunami creativo e innovador que se está formando, y del que soy una gota más, es imparable y que estas pequeñas, pero constantes muestras de ese empuje, van creando un movimiento poco perceptible de momento, pero con un potencial de transformación inmensa…
Si, estoy muy cabreado!
6 comentarios:
La gran muralla que nos separa de la innovación la construyen los (i)-responsables directivos ladrillo a ladrillo, haciendo que verdaderos talentos se dejen marchitar a la sombra del muro.
Pero en épocas propicias como la que vivimos actualmente, cada vez son mas los que se asoman para ver lo que hay al otro lado.
No creo que tarde demasiado en caer ese muro...
Fabián
si, parece que el cabreo es pura energía transformadora. Yo hablaría de "inconformismo positivo", ya sabes alf, mi pasión por los conceptos...nos vemos en el azul.
Enhorabuena por el blog. Te leo.
Buffffff, y tanto que cabrea ver como muchos se limitan a defender su postura y puesto de trabajo. Claro muchos de ellos han visto grandes resultados con sus decisiones en epocas de abundancia y ningun joven apasionado puede ayudarles a salir de estos malos tiempos. Ni tan solo van a perder tiempo en escuchar ni en intentar entender de que esta hablando ese joven de la ofina que tiene ideas propias de una pelicula de ciencia ficción.
Creo que esta crisis va a ser buena para muchos, ayudará a sanear las empresas tanto directivos como subordinados, desgraciadamente los directivos bien que procuraran ser los últimos en caer.
Ultimamente estoy pensando que no es el mejor momento para intentar ayudar a los directivos anclados en los años pasados de mercadeo ya que si por causa de la crisis nuestra ideas innovadoras no tienen el efecto esperado se apoyaran en ello para justificar su fracaso.
Quien pudiera dirigir y luchar por su propia empresa.
Bueno aqui termina mi momento de cabreo, gracias.
Muy bueno el artículo. A partir de ahora van a ser una especie de 10 mandamientos 2.0. Me identifico plenamente con todos los puntos. Enhorabuena y gracias. Lo difundiré en charlas, seminarios y demás foros por la capacidad didáctica de estas reflexiones.
Gracias Gersón! Me alegro de que te haya interesado, y agradezco mucho la difusión.
Nos leemos!
Hola, es la primera vez que entro a tu blog, por casualidad. Pero estaré atenta en el futuro, es interesante.
Yo también escribo, pero cuando me siento triste, melancólica, vacía, o al contrario muy feliz, tengo necesidad de marcar esos momentos. Pienso que la creatividad nace no sólo del cabreo, sino de todas las pasiones irracionales, animales, instintivas, y no tanto del racionalismo, que niega una parte importante del ser humano.
un saludo,
María Jesús Romero
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